SALTANDO AL VACÍO
Decisiones, la vida de todo ser humano sin importar su color, edad u origen se basa en decidir, decidimos cosas simples como por ejemplo qué queremos comer o cómo nos queremos vestir, pasando luego a cosas más complejas como qué y dónde queremos estudiar, o qué queremos hacer con nuestras vidas en el mediano y el largo plazo.
Según la edad en la que te encuentres, así serán las decisiones y las responsabilidades que cada una de ellas pueda generar para tu vida, acompañado de estrés y en algunos momentos incluso de insomnio y depresión.
En mis 26 años (a un mes de mis 27), he tenido que tomar decisiones difíciles como por ejemplo: mi carrera universitaria, irme de la iglesia porque quería conocer el sabor del pecado, romper con relaciones de pareja enfermizas e incluso dejarlo todo para volver a mi primer amor, Jesús (fue más difícil que irme).
Podría tomarme toda esta tarde lluviosa para contarte sobre las decisiones más difíciles que he tomado y posiblemente, aun mientras lees esto, no habría terminado de escribir, sin embargo quiero mencionarte algunos casos bíblicos en los que personas normales como tú y como yo, tomaron decisiones radicales y que los volvieron extraordinarios.
El primero es Moisés, un hombre lleno de problemas, al que un día Dios todopoderoso se le reveló y le pidió que librara el pueblo de Israel de la esclavitud, incluso pese a su resistencia, Moisés decidió creerle a Dios, aventurarse en la promesa del Padre, y pues bueno, el resto de la historia todos la conocemos.
El segundo es Pedro, el discípulo de Jesús, el cual, siendo llamado por Jesús, decidió dejar sus redes de pesca y seguirle, entiendes el riesgo de la decisión, dejarlo todo para seguir a un desconocido, su familia, su trabajo, todo es todo.
Por último y sin duda la decisión más importante de la historia, fue la que Jesús tomó al aceptar morir en la cruz por la humanidad, mi mente no puede generar una decisión más difícil que esta, morir por desconocidos que posiblemente no lo merecen.
Como puedes ver, decidir es parte de la vida cotidiana, pero no nos percatamos que cada decisión, va acompañada de aspectos como creer en lo que no vemos, depositar nuestra confianza en alguien más, correr riesgos y asumir consecuencias sin importar si son buenas o malas; te hago la siguiente pregunta: ¿Qué debes decidir hoy? Acaso cortar amistades que no te edifican, terminar relaciones enfermizas, luchar contra un vicio, o entregarle tu vida a Jesús.
Algunas decisiones son como saltar al vacío, nos generan miedo e incertidumbre, pero sin importar lo que debas decidir, debes entender que Dios está de tu lado, que quiere bendecirte y que aún tomando la decisión equivocada, Él siempre buscará la forma de darle un propósito a tu situación, aunque posiblemente no entiendas cómo.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11
