EL SOFÁ MÁS CÓMODO DEL MUNDO
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Los seres humanos siempre buscamos espacios cómodos, por eso a la hora de comprar un sillón un sofá, sillas o una cama, la probamos primero por medio de una serie de movimientos como sentarse, cruzar las piernas, acostarse, entre otras cosas, siempre con el mismo fin, el confort.
Sin darnos cuenta, la vida nos ofrece diferentes opciones de comodidad, gran variedad de camas, sofás, sillas, en todos los tamaños, texturas y colores, y dependiendo de la opción que elijas, así serán tus días, meses o años.
A dónde quiero llegar con lo anterior, es sencillo, muchas veces encontramos trabajos, amigos, noviazgos, estudios (la lista continúa), que sabemos o entendemos que o no nos convienen, o bien, no son lo que queremos, pero al mismo tiempo, se vuelven tan cómodos y reconfortantes (al menos eso creemos), que decidimos quedarnos “sentados/acostados” en ese lugar.
En mi vida he pasado por cientos de momentos en los que me he visto obligado a decidir si moverme de ese sofá, o bien, mantenerme cómodo al lado de unas palomitas y una soda viendo la película de mi vida pasar frente a mis ojos, entendiendo que si decidía quedarme quieto, mi vida sería como una de esas malas películas donde no pasa nada, y que salir de esa comodidad, le daría un giro poco predecible y emocionante a la historia.
Quizá una de las más recientes decisiones en las que he salido de la comodidad, fue la de cambiar de trabajo, ya que durante los últimos cinco años trabajé en un lugar que si bien es cierto fue una experiencia increíblemente buena, también me mostraba su cara oscura más seguido de lo que cualquiera desearía y en los últimos meses el ambiente se volvía cada vez más tóxico.
Para ese momento en el que estaba decidido a dejar el sofá de la comodidad, un amigo me ofrece trabajo, si bien es cierto, me ofrecía menos beneficios que mi trabajo en ese momento, y para cualquiera podría sonar descabellado aceptarlo (incluso para mí), lo acepté; con el paso de los días, el miedo se apoderó de mí y empecé a creer que lo correcto era echar marcha atrás, hasta que entendí que era parte del miedo natural a lo desconocido, y decidí dejar la comodidad de lo viejo para enfrentarme a lo nuevo.
Las mejores historias de vida inician con decisiones difíciles, con el rompimiento de esquemas, de temores y con saltos al vacío, no lo digo solo por mí, la Biblia está llena de historias de personas ordinarias que tuvieron que decidir dejar su zona de confort para hacer cosas diferentes y volverse extraordinarias.
Imagina el miedo de Moisés cuando Jehová lo elige para llevar libertad al pueblo de Israel que se encontraba esclavizado en Egipto, o el de David cuando Samuel lo elige como el siguiente Rey de Israel, o el de cada uno de los discípulos de Jesús cuando les pide que dejen todo y lo sigan, todos ellos tuvieron historias increíbles que nunca hubieran podido vivir si no hubiesen salido de su sofá.
Hoy te invito a decidir, no de manera irresponsable, pon en las manos de Dios tu vida y empieza a moverte de esos espacios que crees cómodos, pero que realmente te atrapan y te impiden crecer, el miedo a lo desconocido es normal, pero con el tiempo ese miedo se convierte en fortaleza, y lo siguiente será vivir lo extraordinario.
Y Jehová va delante de ti; estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Deuteronomio 31:8 RVR 1960