EXPLORANDO LAS PROFUNDIDADES
Imagina que estás montado en submarino en medio del océano y que empiezas a descender, con forme bajas, la temperatura del agua disminuye y la presencia de luz solar es cada vez menor, llega un momento en el que estás tan profundo que no logras ver nada y enciendes la luz de submarino; estoy seguro que en algún momento del descenso empezaras a sentir muchísimo miedo, pensaras en qué sucedería si el submarino falla, sabes que si eso sucede, la posibilidad de salir vivo a esa profundidad es nula.
Mantén presente la idea anterior, pero ahora piensa en tu vida, ¿cuántas veces hemos sentido que estamos cayendo a una velocidad increíble, y pese a que sentimos que ya no podríamos descender más seguimos haciéndolo?, sin duda alguna, todos hemos pasado por ahí, y no solo una vez, sino varias veces a lo largo de nuestras vidas.
¿Cómo podemos identificar que tan profundo estamos explorando las profundidades?, es sencillo, pensando en la cantidad de problemas/pruebas que has pasado o estas pasando, problema tras problema, NO “pegas una”, la luz parece estar muy lejos.
Sin importar la cantidad de problemas y la dificultad de tus circunstancias, sin importar que tanto estés cayendo, existe alguien que puede sacarte de las profundidades sin importar si estás a 125 metros bajo el mar o más, Él es poderoso para salvarte y se mueve en misericordia (asiste al necesitado, basado en el perdón y la reconciliación).
La Biblia no dice en el libro de Isaías 42:5-6 (NVI): 5 Así dice Dios, el Señor, el que creó y desplegó los cielos; el que expandió la tierra y todo lo que ella produce; el que da aliento al pueblo que la habita, y vida a los que en ella se mueven: 6 Yo, el Señor, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones.
Dios nunca te dejara tocar el fondo, el te toma de la mano aún cuando tus fuerzas no permiten que tomes la de Él, es tu luz en la oscuridad y tu oxigeno durante el ascenso; cuando estés fuera de las profundidades, serás luz para los demás que aún están explorando o explorarán las profundidades más oscuras del océano.
Búscale en intimidad, busca estar a solas con Él, pídele al Espíritu Santo que te consuele en todo momento durante el ascenso, que renueve tus fuerzas y que susurre a tu oído el camino que debes seguir para salir de donde estás.
Isaías 60:1 NVI dice:
¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!.
